Crítica de "Insolación", dirigida por Luis Luque.


EL SOL NOS DA LA VIDA

Luminosa adaptación teatral de "Insolación", la espléndida novela de Emilia Pardo Bazán, un texto adelantado a su tiempo que escandalizó a la crítica de entonces. Un montaje dirigido por Luis Luque cuyo guion es el sol que da vida a esta gran obra, una pieza escenificada por cuatro actores que conquistan al público desde el minuto uno.  | Por Cristina Hernández.

"A las mujeres no se nos permite hablar de esto. Pero lo que no se dice, se piensa. Y no hay nada más peligroso que lo reprimido y oculto, lo que se queda dentro, pudriéndose." Esta afirmación es la firma de una de las figuras importantes de introducir el movimiento naturalista en España, de Emilia Pardo Bazán, novelista, periodista, ensayista y crítica literaria, una personalidad considerada como una de las mejores escritoras de nuestra historia, una clave intelectual del siglo XIX. 

Luis Luque dirige la excepcional adaptación teatral, realizada por Pedro Villora, de "Insolación", una novela que fue tachada de soez, vulgar o de simple lectura rosa, pero dichas opiniones disciernen con la gran calidad literaria de una obra que reivindica el derecho de la mujer a decidir por cuenta propia, intelectualmente y sexualmente, el verdadero carácter de este título. Una propuesta teatral escenificada por María Adánez, José Manuel Poga, Pepa Rus y Luis Luque, un cuarteto que sustenta el escandalizado pensamiento de una novela que retrataba los prejuicios y etiquetares de una España estereotipada a través de una historia de amor originada en solo seis días entre una dama de la aristocracia, una mujer de bien, una viuda de carácter irreprochable, y un caballero andaluz, un Don Juan gaditano sin oficio ni beneficio. Enmarcado en el Madrid de la época, donde las tradiciones y el conservadurismo de la aristocracia y la alta burguesía generan un clima asfixiante que constriñe los deseos e ilusiones de una dama todavía joven y atractiva que, de repente, asumirá la capacidad de pensar y decidir por su cuenta. Esta dama es Francisca de Asís Taboada, marquesa viuda de Andrade, gallega como la propia autora, que durante su estancia en su finca madrileña conocerá a Diego Pacheco, un joven de buena familia con fama de conquistador y se dejará llevar por él más de lo socialmente aceptable para la época. Reflexionando sobre lo inaceptable de su conducta piensa en volver a su Galicia natal; pero, finalmente, decide dejar de doblarse a la moral sexual del entorno y, no solo entregarse sin miedo al placer, sino capitanear la relación defendiendo que uno debe intentar ser protagonista de su propia historia.

En este montaje el sobresaliente texto es el sol de una propuesta cuya exquisitez lingüística hace partícipe al espectador, el testigo de un "caluroso" romance, a verse contagiado de la excitación del ambiente festivo de la pradera de San Isidro, el escenario en el que, entre vasito y vasito de manzanilla, el divertido Pacheco conseguirá deshacer el recelo de la marquesa a disfrutar de un "soleado" sentir. Aunque no hay dos sin tres, el tercero en discordia es el capitán Pardo, la pieza que, a pesar de apuntar a ser dispar al resto de hombres, a tener una mentalidad más comprensiva con la actitud de su círculo fémino, no es más que un ejemplo de la bruta y egoísta masculinidad de la época. 

Una conquista escenificada por un cuarteto conquistador. Y es que, el buen hacer en escena de María Adánez, José Manuel Poga, Pepa Rus y Luis Luque contribuyen a relucir en una puesta en escena sencilla y abierta en la que, la primera correcta, el segundo seductor, la tercera espléndida y el cuarto distinguido, se juzga más a las mujeres por lo que esperan de ellas que por lo que son. Una propuesta teatral que resulta un muy agradable entretenimiento cuyo irónico título destaca el sol como luz para encontrar el amor, como el culpable de ello, como el motor que nos da la vida. 

:: Más información y escenarios de la gira de "Insolación" aquí o en su twitter

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