ACCIPITE ET MANDUCATE EX HOC OMNES:
HOC EST
ENIM CORPUS MEUM, QUOD PRO VOBIS TRADETUR.
Inauguración Viernes 16 de Septiembre
20:00h
De 20:00 a 22:00h.
Exposición abierta del 16 de Septiembre
al 21 de Octubre.
Horario:
Martes a Sábado. De 17:00 a 21:00h.
Mirada inocente, vulva sangrante, cadera
andrógina, pecho incipiente; múltiples expresiones del cuerpo femenino deseante
castigado una y otra vez por la doble moral opresora y violenta. Es lo que se
palpa en el ambiente generado por Crajes, colectivo que aborda los conceptos de
deseo, dolor y placer contextualizados a partir de la iconografía concreta de
las artistas que lo integran: Carla Rendón y Jessica Ruiz. Fantasía,
imaginación y creatividad a raudales han hecho que sus obras, con distintas
técnicas y formatos, predominando en esta ocasión el papel, aborden los
principales tabúes de nuestra sociedad en torno al cuerpo. Encontramos en ellas
imágenes recurrentes que remiten a la enfermedad, la herida, la sangre o el
cuerpo corrupto pero siempre sensual a la par que mórbido, atravesando los
límites de lo políticamente correcto para denunciar el cinismo y la hipocresía
à la manière del Divino Marqués.
La ambigüedad y provocación al contemplar
un rostro femenino lagrimoso esbozando una mueca que hace dudar de si goza o se
revuelve para liberarse lleva a una reflexión sobre el atractivo del cuerpo
yacente, como el célebre minotauro de Picasso que aparentemente fuerza a una
joven cuyo cuerpo parece sin embargo estremecerse de placer. Se respira un
ambiente de necrofilia en esas escenas cargadas de simbolismo y es que el
cadáver que asoma en las obras de Crajes no está siendo ultrajado, mantiene una
erección que se confunde entre ciertas sombras y un errático barroquismo que
acumula personajes diminutos, huesos y objetos, superpuestos en el escenario
pasional. Respecto a las mujeres, nínfulas rodeadas de insectos y masturbadas
por gatitos, unas gozan de una especie de delirio sadomasoquista mientras que
otras están siendo claramente abusadas, apuñaladas, atadas, vejadas, soportando
un daño que tiñe sus pálidos torsos de sangre y sumerge sus almas en tinieblas.
Se trata de una toma de conciencia sobre
las raíces de la doble moral con base educacional judeo-cristiana, motivo por
el cual escogen un título en latín aludiendo a los orígenes de la Eucaristía:
Tomad y comed, este es mi cuerpo, que será entregado por vosotros. En él se
señala la traición inminente de Judas en contraposición a las buenas
intenciones del bíblico Jesús que entrega su carne y su sangre en un acto de
fe. La reminiscencia religiosa de la que nuestra sociedad actual no consigue
desprenderse a menudo culpa a la víctima, en especial si es mujer, por haber
mostrado su cuerpo tentador o bien anula su identidad si queda viuda, cubriéndola
con el velo negro y esperando, en ambos casos, que jamás se recupere, que
sienta el yugo del heteropatriarcado, se doblegue y no replique pero...
Inevitablemente lo hace evidenciando los infortunios de la virtud.
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