Crítica de "No estamos together", dirigida por Nacho López Murria


EL LADO MÁS INDIE DEL AMOR

Llega una tormenta a Nave 73 con el estreno en Madrid de "No estamos together", una obra escrita y dirigida por  Nacho López Murria. Tras el éxito cosechado en Valencia, vuelve la desordenada historia de Sam y Eme que da al escenario unas pinceladas de cine indie americano. | Por Laura Álvarez.

Sam y Eme son artistas y también son expareja. No saben qué es más difícil, si la recomposición de su nueva vida separados o caer en las garras de la melancolía. Lo que sí tienen claro es que para avanzar hay que relacionarse. Relacionarse está bien. No estamos together es el cuento de cómo dos seres indefensos y estridentes que se aman, intentan superar su ruptura adaptándose a la vida “en soledad”. Y decimos “soledad”, entre comillas, porque no están solos. Los dos, irán cubriendo sus necesidades, encontrándose con otros personajes, de los cuales, aprenderán que la soledad, no es tan mala como la dibujan.

"RUP-TU-RA" es a lo que han tenido que enfrentarse sus protagonistas, dos jóvenes escritores que intentan esbozar su camino en el mundo laboral y que ahora comienzan una vida por separado. Su soledad se encuentra invadida por pintorescos personajes que no evitarán que Sam y Eme caigan en la melancolía y el desamor. Entre citas, poemas y conversaciones con la pared, todos los individuos que se cruzan en este trocito de vida enseñan al espectador (muy presente para ellos) la necesidad que tenemos los seres humanos de relacionarnos y las decisiones que debemos afrontar.

El autor y director Nacho López Murria vuelve a llenar Nave 73 con esta obra. Este joven director, cofundador de la compañía CanallaCo, comenzó a producir sus propias obras en 2010 y consiguió engranarse al circuito indie de salas con reconocimiento. Además, no ha dejado de lado su faceta de actor, pues encarnará a Sam en varias de las representaciones de "No estamos together". En esta ocasión, Murria repite en uno de los asuntos más reconocibles de su teatro: "me gustan los mundos de ficción en los que los personajes están en núcleos, distantes, tienen problemas relacionales" en este caso abordando una historia de amor.

El elenco, con sus risas, llantos, ilusiones y desesperaciones, aporta a la obra los pequeños detalles que separan una representación de la vida misma. Consigue que cualquier espectador se identifique con al menos uno de los cinco personajes (seis contando con Neutro, el pez), en algún momento de su vida. Alba Bayarri y Aitor Caballer (la ex-pareja), Sandra Martín (el misterioso personaje de Uva), José Sospedra y Ana Dachs (los respectivos acompañantes post-ruptura de los protagonistas) logran con su excelente actuación una representación humana. El director innova con la figura del narrador que, indiferente al amor, lo psicoanaliza desde fuera a pesar de descubrirnos a posteriori que se encuentra dentro de la trama, o quizá dentro de los corazones de Eme y Sam. Entre todos han creado "un universo que colisiona en un Big Bang".

"No estamos together" es introducirse en una película indie. La puesta en escena se desarrolla al más puro estilo cinematográfico: por una parte la banda sonora, con el artista y compositor Maydiremay en directo, formando parte de la vida de los personajes y creando la atmósfera estilo acústico-alternativo perfecta para empatizar con sus sentimientos. Por otra, la puesta en escena, donde el tiempo y el espacio se trasgreden. Se pausan escenas mientras uno de los actores rompe la cuarta pared, hablando directamente al público como si se tratase de una sitcom americana o una de las miradas de complicidad de Amelie hacia el espectador. El espacio se delimita con una lograda iluminación pero tampoco es inmune al cambio. Los protagonistas parecen poder comunicarse a través de los muros, y es que el amor no tiene barreras. El vestuario, junto con las referencias cómicas de un guión sublime, sitúan a los personajes en la generación joven actual, con todos sus defectos y manías. El director aprovecha cada uno de los detalles auténticos y los plasma en el script para que sintamos que cada uno de nosotros puede ser un Sam o una Eme. Pero sin duda, es la escenografía la que podría formar parte de un film de Wes Anderson, con sus característicos cubículos contiguos en los que transcurre la acción. Los numerosos objetos que acompañan a cada protagonista nos esbozan su personalidad y su necesidad de comunicación, como los teléfonos, el cuaderno o el ordenador. Por último, los añadidos extra de la película: un vídeo promocional rodado en Madrid y los títulos de crédito que crean ellos mismos.

Pero no solo bebe del cine, en el guión, la poesía y la prosa poética son el canal que tienen los personajes para expresarse. Se aproxima a lo cotidiano desde la reflexión filosófica. La obra está cargada de símbolos y metáforas como la tormenta o Neutro, el compañero de piso de Sam. Dicha profundidad se contrasta en el texto alcanzando el punto cómico perfecto para causar la reacción del público. Se basa en los tópicos actuales del hipster y la generación perdida de artistas que se conforman con una paga mínima en trabajos irrisorios. "No estamos together" es una comedia romántica narrada de una forma bastante inusual, en la que los sentimientos son tan audibles como una tormenta.

:: "¿Me prometes que podrás esperar?" No esperes a descubrir "No estamos together" puede verse en Nave 73, los viernes y sábados hasta el 26 de septiembre a las 22:45.

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