Cita con... Verónika Moral.


"La serie tiene un elenco que va a sorprender mucho. Está compuesto por caras conocidas y menos conocidas, algo que el espectador va a agradecer"

Verónika Moral está contenta con todos los proyectos que estamos por ver: con dos películas a punto de presentarse en el Festival de San Sebastian y una serie a días de estrenarse en Antena 3, la actriz vasca además está de gira con la obra Hedda Gabler. | Por Cristina Hernández. Fotografías por José Miguel García (DeOrgaz Phography).

“Algunos me vacilan y cuando me ven me dicen: Bueno, hombre, Verónika con K”, comparte  divertida la actriz cuando nos explica el motivo de la particularidad en la grafía de su nombre. Y es que, lo de Verónika dice que radica de una conversación con su cuñado, quien le sugirió reescribir su nombre artístico por BKM, no existiendo la B para aquellos de raíces vascas. Lo divertido de esto, y la aparición de varias Verónicas durante ese momento, hizo que la actriz tomase la K y configurara su “nuevo” nombre: Verónika Moral, “me gustaba como quedaba y como luego me empezó a ir bien, pues dicidí dejarlo así”, comenta entre risas la actriz vasca. 

Empezando en el mundo de la interpretación cuando una de sus hermanas debutó sobre el escenario del colegio, la trayectoria de Verónika Moral pasa por televisión, cine, teatro y hasta locución de cuentos infantiles. Conocida por muchos por su participación en la sobremesa “Amar en tiempos revueltos” (TVE, 2009/2010), esta simpática actriz se encuentra muy contenta con el momento profesional que está experimentando. A punto de presentar dos películas en el Festival de San Sebastián, “La novia”, la nueva cinta de Paula Ortiz, y ‘Lejos del mar’, un film firmado por Imanol Uribe que no quedará libre de polémica, Vero participa también en la nueva ficción de Antena 3, “Mar de plástico”, además de estar de gira con la obra Hedda Gabler”, montaje en el que está acompañada por Cayetana Guillén Cuervo, Jacobo Dicenta y Ernesto Arias. Deseando disfrutar de todos y cada uno de sus trabajos,  hablamos con la encantadora y sonriente Verónika (con k).

Donosti es el punto de arranque de tu carrera y ahora estás a punto de visitar el Festival de San Sebastián con dos películas, con “La novia” de Paula Ortiz y con “Lejos del mar” de Imanol Uribe, ¿cómo es de especial para ti esta visita?
Pues importante, muy emotiva, porque yo soy de Donosti, toda la vida he ido al festival de cine como espectadora, viendo de media como tres películas al día, por lo que ir ahora a visitarlo con dos pelis, sentarte en un asiento de esa sala tan grande y ver que los demás están disfrutando con un curro que tu has hecho es muy bonito (sonríe). Encima es que son dos películas muy especiales, porque la de Uribe, “Lejos del mar”, tiene un guion súper potente, que cuando lo leí se me pusieron los pelos de punta, y la de Paula, “La novia”, es súper interesante, y es que, aparte de ser una adaptación del texto de Lorca, “Bodas de sangre”, le ha dado un toque muy visual, muy poético, incluyendo todos los simbolismos característicos de Lorca, y el resultado es algo muy plástico, muy bello, que yo creo que va a dar mucho que hablar. Son dos pelis, que molan, que son muy diferentes la una a la otra, y para mi es una maravilla.

Imagen de Verónika Moral en la película “La novia”

Empecemos por “La novia”, esta nueva adaptación cinematográfica de “Bodas de sangre”, una película cuyas imágenes publicadas hacen que sea una cinta sobre la que recae mucha expectación. Protagonizada por Inma Cuesta y Alex García, ¿qué rol desempeña Verónika aquí? ¿qué personaje lorquiano interpretas?
Pues digamos que aquí tengo un papel de buena (sonríe). Soy la amiga de la novia… bueno, la amiga celosilla de la novia, porque veo como mi mejor amiga se va a casar, va a salir por fin de esa tierra árida y seca para casarse con el hombre que se supone que es el hombre de su vida, y yo en cambio me veo un poco para vestir santos. Es una película con una atmósfera atemporal, que aunque no se ha querido ubicar en ninguna parte sí que te traslada un poco al pasado. Mi papel es un poco representar la amiga celosa de la novia que se alegra mucho por ella pero no puede evitar tener envidia. Pese a ello, te puedo decir que me lo he pasado muy bien en el rodaje porque me toca cantar, bailar… (ríe), ha sido muy divertido. Aunque sea un drama, mi parte ha sido muy divertida trabajarla, porque está la pobre Inma Cuesta sufriendo toda la película y yo estoy a su lado enterándome de lo que le ocurre aunque parezca que no, pero que se case alguien en el pueblo es todo un evento festivo y estoy entregada a disfrutar de ello.

Una película muy atractiva, pero también “Lejos del mar”, en la que el registro en el que te mueves cambia mucho, ¿no?
Sí, en “Lejos del mar” interpreto a la hermana de Santi (Eduard Fernández), y soy una mujer euskalduna con personalidad que está muy orgullosa de su hermano porque siempre ha sido muy fiel a su ideología, ha luchado por su tierra y yo lo admiro. Poco más querría decir de esta película, porque incluso leyendo la sinopsis se desvela demasiado. Para mí es mejor es ir a verla sin saber absolutamente nada, porque te puede condicionar los primeros veinte minutos. Por el contrario, si vas sin saber nada, va a ser más impactante y te vas colocando en la peli según se va desarrollando. 

Nos quedamos con saber más, pero sobretodo esto hace que queramos verla ya. Y es que, es cierto que el tema, el contenido del película muy posiblemente levante cierta polémica….
El guion es muy potente, es muy intenso.

Para muchos es la nueva cinta que cierra la trilogía que Uribe centra en ETA y que por tanto dará que hablar.
Es cierto que comentan eso, que se trata de una trilogía que Uribe dedica a ese mismo tema. Sobre “Lejos del mar” es que no le he contado nada ni a mi madre ni a mis conocidos. Cuando me llegó el guion se lo comenté a todos, pero les dije que no merecía la pena saber de que iba.  

Y sí, creo que removerá conciencias, creo que hará mucho bien. Probablemente habrá gente que opine lo contrario porque en estos temas que no son fáciles pues hay posturas para todo. Creo que para ver esta peli hay que estar abierto, hay que cambiar de mentalidad y no siempre pensar en unos son buenos y unos son malos porque con eso no evolucionamos. Te lo digo yo como vasca (sonríe) Es un punto de vista que la gente debe ver para luego interpretar. Es ser testigo de lo que se siente al defender una ideología que te han hecho pasar unas vivencias muy fuertes y luego como se llegan a ver desde el otro punto. Quizás empatizar un poquito. Sé que son temas complicados, pero si ha pasado habrá que intentar resolverlo y seguir adelante. Creo que esta pelí, por todo ello, está muy bien.

¿Y cómo ha sido trabajar con Uribe?
Trabajar con Uribe ha sido una maravilla. Con un trato muy bueno, te hace estar cómodo desde el principio, todo era tranquilidad e incluso terminábamos las jornadas antes de tiempo. Es una joya de director.


Desde que empezaste en el cine con tu primer trabajo “Sí, quiero” (Eneko Olasagasti y Carlos Zabala, 1999) hasta ahora has hecho muchísimas cosas y en todos los medios, ¿por qué quiso Verónika Moral ser actriz?
(Sonríe) Yo creo que siempre lo había querido ser, pero no me atrevía ni ha decírmelo a mí misma. Y a mis padres menos, claro (sonríe). Siempre me ha apasionado la interpretación, y una cosa que hacía era ver la película de “El golpe” (George Roy Hill, 1973) todas las tardes para merendar durante año y medio o dos años. Me ponía escenas y me iba aprendiendo los diálogos, algo de lo que no me daba cuenta hasta que alguien se sentaba al lado y los iba diciendo. Entonces me decían: “Pero Vero, sí te sabes la película entera” “Oye, ¿y no te cansa verla tantas veces?” y yo pues les decía que no, y es que, ¿cómo me voy a cansar de ver a Paul Newman y Robert Redford? (ríe) Apuntaba algo, sí (ríe) Es una maravilla de guion y al empezar a verla con once años te da un vuelvo la cabeza que te hace involucrarte en ese enredo tan bueno.

Luego empecé a hacer teatrillo en casa y después me apunté al grupo de teatro del cole cuando vi a una de mis hermanas. Me acuerdo que estaba nerviosa de verla actuar, de que no se le olvidara el texto, de que no se cayese, pero también muy orgullosa de ella. Ahí fue cuando me dije que me encantaría hacerlo y probé. Me metí en el grupo de teatro, de ahí surgió un casting para un corto, y luego el casting para la película “Sí, quiero”. Sentí como si me hubiera tocado la lotería, porque para mí ser actriz era como ser una estrella del rock, como ser Madonna. No sabía como serlo, no tenía a nadie en mi entorno que se dedicara a eso y no puedes evitar pensar en ello como algo bonito si se pudiera conseguir. Al final se fueron dando casualidades, oportunidades, y curré, y me lo empecé a tomar más en serio, me dije “oye Vero, ¡qué igual se puede ser actriz!”, y me dediqué (sonríe).

Y que dirías que eres, ¿actriz del método o con métodos?
Del método Vero (ríe) No tengo un método propio. Empecé a currar en esto antes de haber estudiado algo de interpretación y entonces era pura lógica, empatía con el personaje, preguntarme que haría, cómo actuaría si fuera esa chica, meterme en su piel. Luego ya fui estudiando con diferentes personas, con Fernando Piernas o José Pedro Carrión, diferentes estilos que me gusta contrastar. De cada uno coges cosas, pero de tus compañeros también. Cada uno te va aportando, pero también tus vivencias, y conocer a gente. Esto no quiere decir que si quedo con una amiga y me cuenta algo personal lo vaya a usar luego, aunque si que te ayuda, porque las entiendes y puedes jugar con ese sentimiento para determinados personajes dándole así mayor riqueza y realismo a las cosas. 

"Como actriz aporto mucho, desde divertir a entretener, hasta  hacer reflexionar cuando el texto así lo hace, como en Lejos del mar"

Quizás tu trabajo como actriz que más puede venir a la memoria es el personaje de Cristina, ese personaje femenino con tanta fuerza que interpretaste en “Amar en tiempos revueltos” (TVE, 5ª temporada: 2009-2010), ¿qué guardas de esa experiencia? ¿qué te aportó este personaje?
La primera vez que me hicieron la prueba de maquillaje, peluquería y vestuario, cuando me miré me dije: ¡si soy mi madre! (ríe) Era una cosa exagerada, era un clon de mi madre cuando era joven. Cristina era un personaje muy rico, que tuvo un arco que como actriz fue una delicia hacerlo. Empezaba siendo un ama de casa, sumisa, que escribía sus cuentitos, muy pendiente de su marido al que quería mucho, hasta que conoce al primo de su marido y le despierta sexualmente e intelectualmente y se convierte en otra mujer, una mujer que quiere luchar por sus ideales. Era muy interesante, muy valiente para su época, y para la actual también. Fue una experiencia que me hizo conocer detalles de la época, porque lo bueno de esta serie es que te va enseñando un poco el día a día de la gente de esos años en los que se establece cada trama. Por ejemplo, del 58 se ve como funcionaba la vida de la mujer, como no te podías ir a una pensión si no contabas con la autorización del marido, como no te podías dar besos por la calle, la existencia del sereno… cositas que luego comentaba con mi madre y me decía que claro, que eso es cierto y era así. 

Mi personaje en las que se veía envuelta para verse con el primo, ¡imagínate! (risas) Para verse no podían salir del país sin el permiso del marido y al final le detienen a ella. Es muy curioso como hemos evolucionado.

¡Menos mal!
Sí, menos mal. Me gustó mucho interpretar a Cristina Barea, fue un gustazo trabajar con Pep Muné y Jaume Garcí. Era una serie muy dura, porque eran jornadas de muchas horas y mucho texto, pero el equipo es genial, y lo sigue siendo, además es súper joven, algo que no te esperas encontrar porque al ser una serie de sobremesa para un público más mayor… Yo creo que esto, no sé porque, quizás hace que sea una serie que también la vea mucha gente joven, es algo que me comentaban por la calle.

Es cierto, es una serie que al verse en casa hace que sin que te des cuenta te acabas enganchando.
Sí, se empieza viendo con la madre o con la abuela y al final te engancha y la acabas siguiendo años, temporadas… 

¿La temporada que estuviste te propició alguna situación anecdótica con la gente de la calle?
(Ríe) ¡Claro! Recuerdo que al principio, cuando empecé a salir en “Amar…” las vecinas del barrio me saludaban muy amables, encantadas, sonrientes, pero luego llegó un momento en el que ya ni me miraban. Era raro. Pensé que habían dejado de ver la serie hasta que caí que se estaba emitiendo cuando soy adúltera. Me fijé entonces y sí que me miraban, pero me miraban mal (risas). 

La gente se lo toma muy en serio, ¿eh?
Sí, sí, y es que estas todos los días en su casa, y a veces es hasta tema de conversación. A mí me han llegado a llamar mis tíos para preguntarme porque no me iba con uno, porque me iba con uno y dejaba al otro. Hasta mi sobrina de nueve años me decía que Cristina no era muy buena persona al engañar a su marido. Muy fuerte. 

Es un cosa muy curiosa. Siendo actriz, y al pasarme toda la vida estudiando, te encuentras con textos interesantes que cuentan cosas importantes y otros que cuentan cosas muy banales y que no te aportan nada nuevo. Esto hace que me pregunte que aporto yo, porque un médico o un abogado ya sabemos que sí hacen cosas por los demás, por eso en el fondo me doy cuenta que como actriz aporto alegría, distracción, o como vi cuando estaba en  “Amar…”, hacer que para personas mayores que están en casa sin hablar con nadie ver ese capítulo, ver cada capítulo, es su dosis de alegría del día y eso algo muy chulo. Por lo que sí, como actriz aporto mucho, desde divertir a entretener, hasta hacer reflexionar cuando el texto así lo hace, como en  “Lejos del mar” (sonríe).

De ese mar, del que nos has contado un poquito antes porque es mejor no saber mucho, a otro mar, a Mar de plástico, serie de Atresmedia en la que te vamos a poder ver dentro de muy poco… 
A ver, a ver… (sonríe) La serie tiene muy buena pinta, porque es de suspense. Está muy bien rodada, con uno directores de fotografía fantásticos, con unos exteriores que le va dar mucha vida. La serie tiene un elenco que va a sorprender mucho. Está compuesto por caras conocidas y menos conocidas, algo que el espectador va a agradecer. Que se deje de ver siempre a los mismos es una forma para que te creas más a ese personaje si no has visto al actor en otro registro. Aparte, es una serie que habla del racismo, de la inmigración, de la crisis, de la política, de una manera diferente. Está muy bien y puede dar mucho juego.

¿Y qué ingredientes va a dar la forense que interpretas a la atractiva trama de esta nueva ficción?
Pues soy la friki que está ahí con sus  cadáveres, sus miembros, sus cosas (ríe) intentando ayudar al sargento (Rodolfo Sancho) a encontrar al asesino. O no, ¡no sé sabe! (ríe) Está chulo porque nunca había interpretado a una forense. De médica y enfermera sí que había hecho, pero de forense no, así que ahora me paro a ver “CSI” o “Bones” de otra manera (sonríe).

Comentándolo con tu compi de serie, con Fede Aguado, señalábamos que las primeras imágenes que se han podido ver de la serie recuerda mucho a La isla mínima (Alberto Rodríguez, 2004), ¿verdad?
Sí, te lo iba a decir. La atmósfera, el paisaje es muy parecido. Tiene un rollo así (sonríe). ¿Sabes? yo tengo un truco para cuando no me puedo dormir, que es repasar textos que tengo pendientes, y esto con “Mar de plástico” es algo que no puedo hacer porque lo hice varios días y no me podía dormir. Al ser la forense mi texto no incluye decir cosas bonitas (sonríe), y me va entrando el miedo. Es algo que nunca me había pasado. Pasan muchas cosas en la trama y claro, cuando estoy en casa intentando dormir, me asusto. 

"Es un personaje muy bonito, muy completo, que pasa también por muchos estados de ánimo y que es un gusto interpretar"

Verónika sobre Thea Elvsted (“Hedda Gabler”)

Además de verte muy pronto en esta serie, todavía hay quién podrá verte, si no te ha visto ya, en la obra Hedda Gabler, actualmente de gira por España.
Estoy muy contenta con esto. Es otro rollo diferente, un texto de Henrik Ibsen, un texto que es una maravilla que te llegue a las manos y encima para interpretar a Thea Elvsted, un personaje que no es lo que suelo interpretar habitualmente. Me suelen ver como más dura y este es una chica muy inocente, pero valiente a la vez, que tiene muy claro lo que quiere y lucha por ello. Es un personaje muy bonito, muy completo, que pasa también por muchos estados de ánimo y que es un gusto interpretar.

Obra en la que vuelves a coincidir con Cayetana Guillén Cuervo.
Sí, con quien además coincidí en “Sí, quiero” y en “Amar…”, tanto en la serie como en la gira de teatro. Es una gozada que te vuelva a tocar trabajar con una compañera con la que te llevas bien y que es súper generosa, como persona y como actriz. Así ya tienes la mitad hecho, pudiendo jugar más en el escenario y compartir opiniones.

¿Y cuáles serán las siguientes paradas de la gira?
Tenemos cerrado Canarias, Sevilla, Valladolid, Alicante, Vitoria, Pamplona y algún bolo más que se me escapará. Quedarán más por confirmar, pero hasta que no esté todo firmadito no se puede decir nada (sonríe) Estoy deseando que vayamos a Donosti o Bilbao, porque es mi tierra, pero me imagino que llegaremos.


Siendo una actriz que has trabajo en diferentes medios, ¿crees que hay escenarios que dan tablas y otros popularidad, o que ambas cosas van unidas?
Pueden ir unidas. Depende del proyecto, de la repercusión que tenga, de quien lo dirija, del elenco… Puedes hacer una obra de teatro que puede que te dé menos fama, pero si lo dirige alguien importante, el texto es muy importante o la programan en un circuito que va a dar mucho que hablar pues te puede dar mucha resonancia. Es cierto que la tele te coloca más en la cabeza del espectador, te da más popularidad a corto plaza, o que el cine te da prestigio, pero depende de los factores que lo hagan posible, es una industria muy complicada. 

Hablando de cine y televisión, y viendo las producciones cinematográficas de los últimos años y las nuevas ficciones, las nuevas apuestas para televisión, ¿percibes que la marca España se está empezando a valorar favorablemente? 
Creo que por fin sí, y las cadenas de televisión están haciendo mucho por ello. En cuanto a series, que se esté apostando por nuevos estilos de edición y la estética hace que se arriesgue por producciones diferentes. Viendo el éxito de “El ministerio del tiempo” o “Vis a vis” están apareciendo más, y es normal. Han visto que funciona y se está dejando más manga ancha a los directores por parte de las cadenas, se deja libertad a la parte creativa.  Esto hace que todo crezca y ello también hace que los actores salgamos beneficiados. No es lo mismo un plano que otro, depende del seguimiento de la cámara tu trabajo puede verse diez veces mejor o puedes tener mayor efecto sobre el espectador.  Hacemos bien y bonito, y con el cine pasa lo mismo. España va a dar mucho que hablar.

¿Qué personaje que no hayas interpretado te gustaría hacer algún día?
Uno que me haga reflexionar. Darle vueltas para meterme en su mente y saber porque actúa de esa forma. Personajes interesantes, complejos. Los que al leerlo no tenga que meterlo ni en bueno ni en malo, porque así es la vida y así somos las personas. Un personaje que sorprenda, y a mí primero, que me deje llevar y me olvide de que soy Vero, ya sea para teatro, una serie o cine. Cada cosa te aporta lo suyo.

Entonces Mar de plástico, la gira de Hedda GablerLa noviaLejos del mar, ¿algún proyecto más por ahí?
Hay algún casting pendiente de respuesta, ¡a ver que pasa! (sonríe). Pero de momento estoy muy contenta, con muchas ganas de ver como llegan las películas al espectador y desenado que se estrene también “Mar de plástico”, que creo que va a gustar mucho.

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