Cita con... Sara Gómez.


“Maika es el primer personaje que estoy disfrutando haciendo tele”

Tiene 29 años y le apasiona su profesión. Naturalidad y simpatía, así es la actriz que da vida a Maika, la nueva recepcionista de ‘Gym Tony’ (Cuatro). | Por Cristina Hernández.

Sara es encantadora, y eso se ve. Es natural, “yo hablo hasta con los árboles por la calle”, dice entre risas comentando sus anécdotas del día. Son las once y cuarto de la mañana. Regresa a la televisión tras un tiempo dedicada al teatro y a su plan b, ser masajista. De lunes a domingo – porque las reposiciones también cuentan- Maika, un filón para atraer a nuevos clientes, se suma a eso del humor que caracteriza a la sitcom ‘Gym Tony’. El particular gimnasio de barrio, lugar donde hacer de todo menos deporte, tiene nueva recepcionista, una rubia explosiva que formó parte de la girlband ‘Sex Bomd’.

La serie creada por Javier Veiga arrancaba este mes su nueva temporada.  Nuevos personajes, nuevos decorados y nuevos enredos de los que ya forma parte Sara, para quien este simpático personaje constituye el primer trabajo para televisión que está verdaderamente disfrutando. Y es el disfrutar de su profesión, además de su dedicación y compromiso, es de lo que nos habla en esta sincera entrevista, un testimonio que refleja la autenticidad de esta actriz todoterreno.

Sara Gómez en Maika en 'Gym Tony'  | Foto: cuatro.com

¿Cómo han acogido a Maika en el ‘Gym Tony’?
La verdad es que súper bien, estoy muy contenta. Hice un casting con Elena Arnau y luego con Javier Veiga, quien me hizo un segundo casting. Durante la espera a la respuesta de la prueba yo estaba dando masajes frente al mar (risas), cuando me llamó Javi para hacer una nueva prueba con él. Me vine con la propuesta de la voz que finalmente uso para Maika, pero también la llevaba en venezolano. A la hora de haber terminado, estaba en casa comiéndome los muñones (ríe), y me llamó Veiga para decirme que me podía bajar a Cádiz contenta porque había merecido la pena subir. Todo fue muy rápido. A la semana me tiñeron el pelo y me hicieron todas las pruebas de maquillaje y peluquería, y con ello ya empezamos a jugar. 

¿Y cómo fue ese primer día de “trabajo” en este gimnasio? ¿Qué tal se llevó Maika con el popurrí de personajillos que van a este sport center de barrio?
(Risas) Para mí, y para Maika, el primer día fue la lectura de guion antes de ponernos a rodar. Aunque no estaban todos los actores, la lectura conjunta fue el día en el que todos pusimos cara, voz y cuerpo a cada personaje que se incorporaba a la nueva temporada. Son personajes muy estereotipados, llevados muy al límite que defendidos desde la verdad hay una línea delgada que caracteriza todos los personajes de ‘Gym Tony’, por ello, este día fue divertido. Llegabas normal, saludabas y te ponías con tu texto (ejemplifica poniendo voz de Maika). Después de esto llegaron los ensayos,  y luego ya el primer día de rodaje. Son todos tan encantadores. Ello, esta comodidad, ha sido una cosa que hemos comentado entre los que hemos incorporado ahora y los que ya estaban. Mar Abascal (actriz que interpreta a Pilar) nos dijo que nos daba la bienvenida pero que no sentía que fuera así, que parecía que todos formábamos parte del equipo desde siempre. 

Es verdad que el casting eligió a los actores para los personajes. Creo que ha sido un casting muy acertado, están todos muy bien.

Muy acertado y muy numeroso, por que esta nueva temporada ¡ha doblado el reparto!
Sí, sí, hemos entrado once actores más. Empezaron ocho, luego entraron otros ocho y ahora hemos entrado once. Somos 27. Hay algunos que ya no están, pero es una barbaridad (sonríe)

Se ha doblado el reparto, por lo que también el ritmo de trabajo, ¿no?
Ahora hay doble plató. Tenemos dos sets con los mismos escenarios y decorados nuevos en uno de ellos, que son una calle con una zanja, que es donde está Pablo Carbonell, y luego el After World, que es donde se ve a David Fernández. En esta temporada también se han creado relaciones entre los personajes y creo que esto le da más empaque a la serie. Ya hay maridos, exmaridos, una calle… retrata un barrio, algo más compacto. Además de esto, también hay ahora veinte guionistas, cien personas en el equipo técnico… Creo que ‘Gym Tony’ ha pasado de un gimnasio de barrio a un gimnasio guapísimo de ciudad (risas). Se ha constituido con todo ello como más serie, y me parece que las tramas están más elaboradas. E insisto, todo el mundo es encantador.

Eso es algo que transmitís. Este buen rollo, el estupendo feelling con el que trabajáis se nota.
Yo también lo creo. Y me parece que es necesario. Hacer una italiana antes de grabar y que las cincuenta primeras personas que te están viendo se rían creo que es muy necesario para transmitir humor en una cadena como Cuatro. Si no se ríen ellas es difícil que lo haga el casi millón y medio de personas que ven la serie.


El funcionamiento de ese humor ha hecho que ‘Gym Tony’ haya crecido tanto, que sea un contenido elegido cada vez por más personas para ver diariamente, tanto los capítulos nuevos como sus reposiciones.
(Risas) ¡Claro!  ‘Gym Tony’ ha sido posible gracias al esfuerzo de Javier Veiga. Esto empezó siendo algo muy chiquitito rodándose en el centro de Madrid en un espacio muy pequeño, en un estudio de fotografía en el que hicieron un decorado de gimnasio y ya. Me acuerdo que grabé un capítulo en la primera temporada y había obras en el piso de arriba. Los de dirección tenían que mandar parar a los de arriba porque iban a grabar (sonríe). Por ello hay que darle la enhorabuena a Javier y a la compañía, porque han creado en época de crisis un formato low cost para sacar adelante trabajo con ilusión gracias al aguante y a la confianza, una esencia que se mantiene y que define a la gran familia que forma ‘Gym Tony’. Ese aunar fuerzas y el creer en el proyecto ha conseguido que la serie haya crecido tanto. Es como haber tenido un hijo y ahora verle más crecido, listo, divertido… y eso hace que le quieras más (sonríe).

Aguante por parte de los creadores y compañía de la serie, pero también de la cadena que ha sabido esperar, ¿verdad?
Sí, por ello también agradecer a Cuatro que haya apostado por la serie y haya esperado. Esto ha sido porque se trata de un proyecto que contaba con unos mínimos, pero que no establecía quedarse ahí. Se está aprovechando mucho la crisis para esto, para ver si funciona algo así y poder afianzarlo. El aguante y la confianza de unos y otros ha demostrado que gusta y que va evolucionando. Estrenaron la primera con un 3% de share y la tercera con un 9’8%, un avance y un reconocimiento muy bueno.

Quizás la confianza del espectador también tenga que ver por echar de menos la fórmula del gag rápido, de esos sketchs a lo ‘Camera café’, una fórmula que se puede asemejar a lo que ofrece ‘Gym Tony’. Ver algo rápido, ligero y cerrado es algo que como espectador se agradece, ¿no crees? 
Efectivamente. Además, el ritmo es trepidante, pero también el de trabajo. Los que nos hemos incorporado nos estamos haciendo a la clave de ritmo, tiempos y humor que ya tenían cogido. ¡Es empezar y darle caña a las pilas! (ríe) Creo que la gente en casa quiere distenderse un rato, ver una comedia ligera, una sitcom como ‘Gym Tony’, que está muy bien (Sonríe).

Y dentro de los espectadores podríamos destacar a un sector formado por los peques de la casa que están enganchados a la serie, que se ríen y se divierten mucho con cada personaje, con cada broma… 
Me lo dicen mucho. Creo que a los niños les encanta por el colorido, los personajes, por la caricatura que hacemos por los esos estereotipos, que insisto en que la realidad supera la ficción, siempre (ríe) porque por muy histriónico que parezca tu personaje cuando vas al gimnasio seguro que ves a alguno y dices, “¡Madre mía!” (risas)

Yo creo que ‘Gym Tony’ tiene esa doble entrelínea. Es un poco, salvando las distancias, como la serie de dibujos ‘South Park’, que aunque es destinada a un público adulto tiene una imagen que le llama la atención a los niños. La serie hace mucha crítica social, que se puede interpretar como algo machista u  homofóbico, pero en realidad es una burla en la que ya entra el coeficiente intelectual del adulto, o debería de hacerlo, de reírse de este tipo de carencias sociales que tenemos todavía. Cuando leo los guiones me sorprendo mucho porque meten palos a la política, al machismo… y si vas un poco más allá, es eso, es reírse de eso. Comentar y señalar algo que yo respeto totalmente, pero hay gente que debería tomar conciencia. Y es que, cuando leo por twitter comentarios de personas que no les gusta la serie y se meten con ella me hace gracia. No entiendo porque hay quien lo ve para decir que no le gusta. No lo veas. Para gustos los colores y la televisión tiene muchos canales. Si no te gusta ‘Gym Tony’ porque es poco para ti ponte la 2, que tiene una programación maravillosa. Creo que deberíamos aprender a respetar en España que hay series para todos los públicos, y sobretodo, que hay mucha gente trabajando detrás cada una. Serían más de doscientas personas que se irían al paro si se cancelara. Desde el anonimato y desde las redes somos muy crueles y despellejamos sin tener conocimiento. Estoy  seguro que hay sarcasmos e ironías, que aunque fueran escritos por un niño de siete años, esas personas que tanto se quejan no lo entienden (ríe).

Hay familias que comen de ‘Gym Tony’ y hay un público que lo ve. Los contenidos que hay en esa franja horario convierten la serie en una opción que hasta los niños piden ver porque ya no les entretienen otros programas.
Es algo que comentaba un día con Toni Acosta, porque a sus hijos les encanta la serie. Recuerdo un capítulo que hemos grabado de reciclaje, porque los guiones también dejan mensajes positivos dedicados un poco a este público, a los peques… Y Toni, siempre que hay algo didáctico, le encanta repetirlo y aportar (risas) ¡Es fantástica!

¿Y los niños te identifican por la calle? Porque de Maika a Sara cambias un poco.
(Ríe) Estando en las fiesta de Villena se acercaban mucho los niños, pedían fotos, y eso que lleva muy poquito saliendo en la serie. Tienen una memoria visual increíble, porque es lo que dices, cambio un poco, aparte de mi rubio radiactivo (sonríe), cambio mucho en la forma de vestir. Los niños se acercaban, primero dudaban si era yo y me decían que hablara (ríe). En ese momento a lo mejor llevaba saliendo cuatro días en ‘Gym Tony’, pero los niños se quedan en seguida con la cara.

Con la cara, con el nombre del personaje y el nombre del actor.
Sí, sí, cosas que no hacen los adultos. Quizás porque ahora mismo viven con las redes sociales muy a la orden del día y las controlan. Tu antes te ibas al diccionario y ahora el niño se va a google y lo sabe todo.

Y retomando de nuevo a tu personaje, a Maika, ¿cómo describes está experiencia? ¿qué ingredientes suma a esta descacharrante serie?
¡Me lo paso estupendamente! Estoy tan contenta (sonríe) Maika es una chica absolutamente blanca, tiene una lógica de pensamiento aplastante, muy de niños, por eso creo que les puede gustar mucho. Sin ninguna maldad, y con toda la inocencia del mundo, ella te dice la cosas de una forma tan dulce, que aunque te esté llamando fea o ridícula no te puedes enfadar con ella. Es algo que le pasa a Petra (Carmen Ruíz), que le dice que es recepcionista igual que ella pero a ello Maika le dice que no, que ella es mona. Es imposible discutir con ella porque es como si un niño te dice una barbaridad que es verdad y no tienes más que reírte. Mola porque no entra en ningún conflicto, o si entra lo hace desde el juego, no desde la lucha. Es un contrapunto naif y dulce dentro de toda la vorágine que hay en ‘Gym Tony’ de personajes peleados con la vida, con retos… Todos se meten con todos pero todos se ayudan entre todos. Lo chulo de Maika, o lo que yo estoy trabajado, es separar totalmente su físico, detrás del que hay un trabajo de maquillaje, peluquería y vestuario chulísimo, de su personalidad. Es decir, de lo que ella parece y de lo que es. Ahí está lo divertido de Maika, que es una tía sexy y espectacular por los atributos que tiene y la ropa que viste, pero no por su comportamiento.


Mencionas esa relación con Petra, esa siniestra recepcionista a la que interpreta la fantástica Carmen Ruíz, la noche para el día que puede resultar Maika.
Somos eso, la noche y el día. Maika con limarse las uñas y su muñequito tiene bastante, mientras que a Petra le toca encargarse de todo. Se desespera con ella porque no abandona su mundo de Yupi (ríe), pero también hay esa cosa bonita que se ve en la serie, esas cosas de hermanos. Eso de enfadarse a muerte, pero a los diez minutos se te olvida y como si nada. En ‘Gym Tony’ en general hay un poco eso, que se desesperan con ellos y luego se vuelven aunar. Estoy disfrutando mucho trabajar con Carmen, y aprovecho para recomendaros ver ‘Bajo Terapia’ en los Teatros del Canal. Es un lujo trabajar con ella, aprender y divertirme.

¿Qué le diría Maika a la gente para que se apunte al ‘Gym Tony’?
(Saluda imitando a Maika) Creo que esto habría que acompañarlo con imágenes (risas). Maika simplemente enseñaría su escote. Ella piensa que sonriendo y desabrochándose un botón más todo es más fácil. Es muy diferente a mí, porque yo nunca llevo escote, jamás. Ahora en la vida somos tres protagonistas (risas), pero me encanta trabajar desde lo que no soy yo. En mi vida diaria soy incapaz de ponerme la ropa que lleva Maika, me muero de la vergüenza. Para el casting le pedí un vestido a una amiga, que con el puesto ella parece una hippie espectacular, divina, sencilla, y que al ponérmelo yo pues no me hace tan discreta (risas). A mi me han hecho así, no es mérito mío (risas).

Ella es puro amor. Yo creo que si me metiera en la cabeza de Maika y les tuviera que convencer con palabras, porque ella piensa que para ser relaciones públicas no hace falta saber hablar aunque sí que ayuda, les diría que es un gimnasio divertidísimo, donde van a hacer de todo menos deporte y que ahora se pueden tomar un refrigerio en el After World. Maika es relaciones públicas porque se le da bien convencerte con simplemente aparecer (risas).

Contando todo lo que estás contando, imagino que anécdotas habrá cientos.
¡Imagínate! Pasan mil. Los personajes nos engullen, y para tener ese nivel de energía entre corte y corte es casi una necesidad mantener el personaje, por ello salen un montón de cosas. Por ejemplo, estando con Pepa Rus entre plano y plano, yo que llevo unos tacones que son como andamios, me tropecé cuando estábamos hablando. Me quedó muy Maika y a Pepa le dio un ataque de risa. Secundina cuando se pone las gafas no ve nada la pobre. Pepa Rus no ve nada cuando se pone las gafas del personaje y cuando le ponen las marcas en el suelo les dice: “A mi no me pongas eso en el suelo que no veo. A mi me tienes que poner de referencia una mesa o algo que yo vea bulto” (comenta Sara  imitando a su compañera Pepa Rus). Con Santi Rodríguez, como hablamos a tal velocidad, es difícil que cuando estamos comentando una cosa absolutamente loca desde una seriedad increíble mirándote a los ojos no es imposible aguantarnos la risa. Luego está que yo llevo unos escotes de vértigo y tengo que tener mucho cuidado con no desaforar (ríe). Son cosas que al final hace el rodaje súper ameno y divertido. Hay tan buen rollo que te podría contar cien mil anécdotas. Pasan cosas todo el raro porque cuanto más absurdo es el humor más nos divierte. Puede pasar de todo, todo el rato.

“Con ‘300 pistolas’ he podido sentir el reconocimiento al esfuerzo”

Maike es un personaje absolutamente diferente al que hiciste en ‘Tierra de lobos’, serie de la que podemos recordarte. ¿En que registro estás más cómoda o te gusta más?
Yo intento disfrutar y consigo disfrutar cada trabajo que hago, un microteatro, un teatro, un cameo, un fijo…, pero te confieso que como actriz creo que tenido una evolución muy grande, aunque los actores siempre lo estamos, en los tres años que he estado sin hacer televisión trabajando muchísimo en teatro. 

Lo último en tele fue en ‘Tierra de lobos’, pero es gracias a los compañeros con los que he compartido obras de teatro y a las experiencias en televisión que he tenido que te puedo decir que este personaje, que Maika, es el primer personaje que estoy disfrutando haciendo tele. También tiene una serie de ingredientes que lo hace mucho más posible y más fácil. No me sentía orgullosa de ninguno de mis trabajos anteriores de televisión hasta ahora. Le puede gustar a la gente o no, pero yo no me estoy juzgando como actriz, algo que hacemos los actores con mucha frecuencia. 

El personaje de ‘Tierra de lobos’ y el de ‘Gym Tony’, partiendo de la base de que son series de géneros completamente diferentes, han hecho posible que tenga la experiencia de haber participado en una serie de época, aunque fuera con un personaje que no estaba consolidado, era un apoyo a otras tramas, por lo que era difícil construirlo como actriz, y ahora el formar parte de una comedia tan trepidante con un personaje definido y establecido me hace involucrarme más. Creo que en la vida todo pasa por algo y ahora estoy jugando y dejándome llevar al disfrute absoluto sin ningún juicio gracias a los compañeros que tengo y por sus partidos de tenis, como lo llamo yo, porque el 50% siempre es del que tienes enfrente. La escucha es necesaria en la vida en el trabajo. 

‘Triple A’ o ‘El perro del Hortelano’ son dos de las obras que has estado haciendo estos tres años en teatro…
¡Ay, sí! ‘El perro del Hortelano’ será siempre importante para mí. Recuerdo cuando estando en maquillaje un día de rodaje de ‘Tierra de lobos’ se acercó Álvaro Morte, creador de ‘300 pistolas’, y me ofreció hacer de Diana, La condesa de Belfor. Ha sido un regalazo increíble. Pero también lo pasé mal, la verdad. Y es que, yo empecé ha hacer teatro con diez años. Luego al comenzar la universidad tuve que compaginarlo con el trabajo y la carrera. En ese momento mi voz cambió cual niño de quince años (ríe) y lo pasé muy mal por ello, pero curiosamente entonces empecé a hacer tele. Para mí, volver a hacer teatro ha sido un reto personal. Lo primero que me vino a la cabeza cuando Álvaro me llamó fue decir no puedo. Afortunadamente flotó el sí quiero. La primera función de ‘El perro del Hortelano’ no se me olvidará en la vida. Lloré en los saludos porque no me creía que había hecho eso, porque encima el personaje era una condesa bipolar que Álvaro había dibujado increíble. Con ‘300 pistolas’ he podido sentir el reconocimiento al esfuerzo. ‘El perro del Hortelano’ ganó la mención especial del jurado en el Festival de Almagro, con ‘3 sombreros de copa’ ganamos el premio nacional de Garnacha (La Rioja) el año pasado, y ahora hemos montado ‘La cada de Bernarda Alba’ y que muero por estrenarla en noviembre si todo va bien. Estará Ruth Gabriel, Montse Díez, Anabel Maurín, Belén Orihuela, Ana Hastings y Ana Pascual, y es la primera obra que Álvaro Morte dirige solo.  

También me he hecho todas las obras del Esconditeatro que había, como ‘Triple A’ con la que tuvimos una acogida muy buena, las de Paco Anaya, como ‘La teoría del champiñón’, y las de J. Linares en el Microteatro, que me dio la oportunidad de hacer el papel de Marta Hazas en ‘3,2 (lo que hacen las novias)’, un verdadero reto, un lujo y una maravilla poder hacer algo parecido a lo que hizo Marta en ese corto. 

“Hay que tener mucho cuidado de no prostituir esta profesión tan prostituida”

Mencionas el Esconditeatro y el microteatro, dos espacios que forman parte de el circuito escénico alternativo, de las pequeñas salas que forman parte de la amplia oferta que se puede encontrar si miramos más allá de los grandes teatros. ¿Crees que el público tiene conciencia o de conoce estas salas? ¿Piensas que se está cambiando la percepción de ir al teatro únicamente atendiendo a la programación de los que son más populares?
Yo creo que todos los cambios son para bien. Hay un momento de transición, y eso es lo complicado. Me parece maravilloso ver resurgir ante la crisis y con todo lo que está pasando en España que salen a flote nuevas maneras, pero también hay que tener mucho cuidado de no prostituir esta profesión tan prostituida. Es maravilloso que se generen nuevos sitios y formatos. Se aprende mucho y se educa al público a ver otro tipo de teatro, de ver teatro en primer plano. Además, el público puede ir al teatro a un precio más asequible acorde con las circunstancias, y hace que nosotros sigamos trabajando haciendo lo que nos gusta. Pero sí que es verdad, que desgraciadamente, se están cerrando grandes teatros por no reformarlos. Son joyas que necesitarían reformarse y pasan a convertirse en centros comerciales. 

Todo tiene una parte buena y una parte mala. Todo lo que ha sufrido la cultura lo vamos a echar de menos cuando dentro de cincuenta años no haya un teatro con solera, con un buen cartel. También pienso que ha habido obras de mucha calidad en muchas salas pequeñas. Creo que la cultura entra dentro de la pescadilla que se muerde la cola en esto de la privatización que también sufre la sanidad o la educación. La cultura es una necesidad, y creo que debemos cuidarla, valorarla y respetarla desde dentro para poder exportarla y poder disfrutarla, porque aquí tenemos mucho talento. 

El teatro está sufriendo una evolución y confío que sea para bien, valorando todo lo que conlleva detrás, de todas las horas de ensayo no pagadas, de todas las horas invertidas por todos, que llegamos de otros trabajos para dedicarnos a sacar adelante algo que nos gusta para que a final de mes tengamos que repartir veinte euros para cada uno. Es muy duro.

Eso es algo que la gente no sabe.
No. Y es muy duro, de verdad. Te ven en la tele y se piensan que por salir ahí estás forrada y te va todo de maravilla. Yo he hecho tele y luego, o ahorras o sales adelante haciendo mil cosas. Durante tres años he estado haciendo muchas cosas, hasta con cinco obras a la vez, levantándome a las siete de la mañana y llegando a casa a las once de la noche, reventada, cargando escenografías con un carro de la compra por Gran Vía. Pero con todo y con ello luego llegas a final de mes sin poder ir a tomarte una coca cola con tus amigos, así que la compras en el ‘Día’, que es más barata, y te la tomas en casa.

“Si comparamos la profesión de los artistas con cualquier otra profesión nos parece un disparate. Hay que ser conscientes de que también vivimos, comemos, pagamos facturas, impuestos y nos llama Hacienda”

Se suele pensar que el actor llega y lo tiene todo hecho, que todo es fácil, que todo es fama y dinero…
Sí. Me gustaría que al gente pensará en ir a trabajar a poner copas en un bar una noche a cambio de que le vea la gente pero sin que le paguen, que al día siguiente tuvieran que ir a Logroño a otro bar a poner cafés con la misma condición, aunque si reciben propinas se las pueden quedar, y que luego estuvieran una semana aprendiendo a poner cócteles en otro sitio sin recibir ni un euro. Si comparamos la profesión de los artistas con cualquier otra profesión nos parece un disparate. Hay que ser conscientes de que también vivimos, comemos, pagamos facturas, impuestos y nos llama Hacienda. Necesitamos movernos y pagar doce euros de bonobús se te hacen muy cuesta arriba. Vas al ensayo y no cobras nada, pero sales una hora y media antes de casa si puedes y te ahorras el viaje. Pagas dinero por ir a hacer lo que te gusta tras haberte pagado una carrera y unos cursos, que siempre estás haciendo porque en esta profesión siempre hay que estar aprendiendo, igual que un médico, pero es impensable que un médico trabaje pagando.

¿Qué sientes cuando estás delante de una cámara y cuando estás encima de un escenario?
Cuando voy a grabar tengo la expectación de ir a la marca y hacer el texto, de disfrutar, pero no soy nada consciente del público, de que luego se ve en muchas casas. Por eso, para mí, sentir la energía del público en el teatro, del aquí y ahora, el feedback, me hace estar consciente de que les tengo que dar lo mejor a ellos directamente. Cuando grabo eso se lo doy a los que tengo en el set. Yo funciono mucho por la energía del momento, por eso me llama la atención cuando estoy en casa y me veo a Maika en la tele, y salgo como de plano y me pregunto sorprendida si soy yo (ríe). En el teatro hasta que arranca la primera frase estoy nerviosa, pero luego no. Eso sí, cuando se apagan las luces para saludar siento la misma vergüenza que cuando viene alguien y me pide que me haga con una foto. Ahí soy Sara (sonríe). Pero sí, en los dos, lo que Sara Gómez siente y hace es disfrutar, jugar y tener mucho respeto.

Comentabas antes ‘La casa de Bernarda Alba’ con ‘300 pistolas’, pero ¿qué más proyectos tienes gestando por ahí? 
Pues tengo otro proyecto gracias a mi agente de prensa, que me presentó a un director maravilloso que me ha propuesto una cosa maravillosa con Esther Vega y Ruth Gabriel. Él es Mario Hernández y estoy deseando que nos sentemos y nos pongamos con ello. Es una obra que va dedicada a las mujeres de la generación beat, un proyecto que está por empezar. Tengo muchas ganas de ponerme con esa generación beat, que es la generación que luego dio vida al movimiento hippie. Mario rescata en la obra la importancia de la mujer en la sombra que durante esa generación beat tienen nombres de hombres, pero que sin el apoyo y locura de esas mujeres que les acompañaron en el camino no hubiera sido posible. Estas mujeres por amor hicieron verdaderas barbaridades a ritmo de Jazz que recorría EE.UU. ‘La casa de Bernarda Alba’ ya está montada y estoy deseando mostrarla.  Me apetece todo, es espectacular. 

Todas las cosas de teatro son muy diferentes a Maika, se me puede conocer más gracias a este personaje, pero en teatro puedo mostrar un abanico más amplio de mí. Me encanta hacer cosas distintas, me gusta muchísimo (sonríe).

:: Puedes leer y descargarte esta entrevista en formato pdf a continuación.

Entrevista a Sara Gómez.

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1 Comentarios

  1. Estupenda entrevista y estupenda Sara Gómez. Muchas gracias Sara por tu gran aporte al mundo del espectáculo. Besos.

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