Crítica de "Terminator: Génesis", dirigida por Alan Taylor.


EL ABUELATOR NUNCA MUERE

Título: Terminator: Génesis (Terminator: Genisys). Director: Alan Taylor. Reparto: Arnold Schwarzenegger, Emilia Clarke, Jason Clarke, Jai Courtney, J.K. Simmons, Matthew Smith, Byung-Hun Lee. Guion: Laeta Kalogridis y Patrick Lussier; basado en los personajes creados por James Cameron y Gale Anne Hurd. Música: Lorne Balfe. Distribuidora: Paramount. Estreno en España: 10/07/ 2015. Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años. Puntuación: 3/5.

Sinopsis: Cuando John Connor, líder de la resistencia humana, envía al sargento Kyle Reese al año 1984 para proteger a Sarah Connor y salvar el futuro, un inesperado giro de los acontecimientos crea una línea temporal fracturada. Ahora, el sargento Reese se encuentra en una versión nueva y desconocida del pasado, donde descubre aliados insólitos, como El Guardián, nuevos y peligrosos enemigos, y una misión nueva e inesperada: reconfigurar el futuro.


Una atmósfera ochentera es el marco del regreso del abuelator, el sonado regreso de la saga Terminator que con un envejecido, "pero no obsoleto" Schawarzenegger a la cabeza satisfacerá a los fans menos exigentes. Entretenimiento aprobado por el convincente trabajo de su reparto, destacando la Sarah Connor de Emily Clarke.

"Hasta la vista, baby". La frase más famosa - de libre traducción- que siempre viene a la memoria cuando se habla de Terminator es la conclusión más idónea para definir esta nueva cinta de la saga protagonizada por Arnold Schwarzenegger, un - esperemos - punto y final. Convertidas la primera y segunda entrega en ejemplos destacados, en cine de culto y reflejo de la edad dorada del cine de acción y ciencia ficción gracias al buen hacer de James Cameron. El regreso a la gran pantalla del famoso Terminator T-800 convierte este "Terminator Genisys" en un flashback de las películas de Cameron: se trata de una historia que transcurre en un tiempo paralelo a la primera cinta en la que se nos hace testigos del viaje de Kyle Reese al pasado para proteger a Sarah Connor, una jovenzuela de espíritu Targaryen que ha sido criada por el abuelator desde que la salvó. Es una especie de refrito de hechos y estética, de efectos especiales y guiños a lo largo de un guion que entretiene a duras penas.

Taylor dirige este esperado regreso de la saga, una entrega con la misión de sus protagonistas de detener el fin del mundo, en el que a pesar de lo confuso que puede resultar esta vorágine de viajes en el tiempo, Emilia Clarke, que está bastante acertada y resulta muy convincente, es uno de los elementos destacables junto a la atmósfera nostálgica que maneja la estética de este génesis en el que Arnold se lleva el galardón a lo mejor de la película, y es que, la lucha de su yo jovenzuelo versus su yo envejecido resulta cómico y gratificante para todo fan de este abuelator al que aún le quedan vidas para resultar obsoleto.

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