Cita con... Nuria Gago.


“CON LO POCO QUE NOS CUESTA HABLAR Y ABRIR 
UN POCO EL CORAZÓN”


La actriz Nuria Gago edita su primera novela, "Cuando volvamos a casa", un viaje en el que las emociones y la vida son las protagonistas. Una reveladora historia que nos presenta en esta encantadora cita. | Por Raquel Jaro.


Nuria Gago presenta su primera novela. Sí, habéis leído bien. Nuria Gago, actriz de profesión, ha sacado a la luz su libro “Cuando volvamos a casa”. El resultado ha sido del todo revelador y con la agilidad de su prosa y su capacidad de bucear en las emociones y sentimientos de sus personajes nos regala toda una joya que la sitúa como una promesa literaria. 

La autora nos cuenta como ha logrado “abrirnos el corazón” de sus personajes con la facilidad de quien habla de la vida misma y la extrañeza de quien aterriza de improviso en un mundo que no es el suyo. Puede que, desde ahora, nos haya demostrado que ella también pertenece a él.  

¿Qué nos cuenta “Cuando volvamos a casa”?
Yo creo que “Cuando volvamos a casa” nos habla de la batalla personal de un grupo de personas, da igual en la ciudad que vivan, da igual el momento del año que sea, que luchan dentro de sus pequeñas batallas por ser un poco más felices a pesar de lo que la vida les vaya mandando. Hay algunos que arrastran miedos muy antiguos, como Paula, y hay algunos que simplemente están paralizados y no saben que hacer, como Sergio, hay otros que también traen mucha basura del pasado como Susana y luego están los que simplemente van lidiando con lo que les viene. Cómo afrontar la vida e intentar estar un poco mejor en el mundo. 

“Cuando volvamos a casa” es un libro con muchos personajes y muchas relaciones distintas, ¿te sientes identificada con algún personaje en especial, o con alguna situación?
Sí, la novela nace con Paula. Yo perdí a mi madre cuando tenía apenas 12 años y la novela nunca fue escrita pensando en que fuera a salir, era algo que yo escribía en mis parones como actriz. Entonces hubo un día en el que yo me sentía como muy melancólica de esa figura e hice mi pequeño exorcismo en forma de escrito en un ordenador en casa de mi padre. Era un folio, un folio y medio. Un año y medio más tarde me encontré con ese texto, buscando una cosa en Internet, no recuerdo muy bien que buscaba, y automáticamente empecé a añadir cosas. 

Estaba en casa de mi padre, eso yo no lo tenía ni en casa. De vez en cuando me ponía y entonces me di cuenta de que yo no paraba de meter personajes porque era una manera de no acabarlo nunca, porque era mi recreo, como el espacio en el que yo me distraía cuando no podía estar haciendo a lo que yo me dedicaba. Entonces me quise imponer como reto el hecho de cerrarlo, ver si yo podía cerrar todas esas historias de una manera lógica, fue como un reto para mí. Yo no había estudiado dramaturgia, no tengo ni idea, es todo instintivo. Quiero decir, yo no tenía la presión de “deberías haber hecho esto de otra forma”… era todo muy espontáneo. Me puse una fecha, como si tuviera una entrega, y lo acabé. 

Cuando lo acabé, un día hablando con unos amigos les pasé el pdf y me dijeron que tenía que moverlo, que les había encantado. Y empecé un camino de moverlo yo sola pero es muy difícil porque las editoriales reciben miles de manuscritos a diario, miles de mails. Por ejemplo, mandabas un mail a una editorial y la chica que te atendía y te daba la dirección a la que tenías que escribir te decía “si en nueve meses no tienes respuesta…” Y claro, yo pensé “¿cómo nueve meses? ¡si es casi un año!”. Era un mundo totalmente desconocido. 

Entonces me hablaron de la figura del agente literario, que yo no lo conocía, que es como un representante de actores, lo que para mí sería mi representante, que sería el que moviera la novela. Me hablaron de Silvia Bastos y de su equipo en Barcelona. Tuve la gran suerte de que les mandé la novela y les gustó y empecé a trabajar mano a mano con Carlota Torrents, la que fue mi agente literaria.  A los meses, este diciembre, me llamaron y me dijeron “vas ya y vas con Planeta” O sea que, ¡imagínate! Me entraron todas las dudas, la volví a leer, me parecía horrorosa… era como “¡¿qué quieres decir?!” Era como un susto en el cuerpo máximo… pero ha sido todo un regalo, están pasando cosas super bonitas, me siento muy agradecida. Sobre todo porque jamás fue la intención, por eso también fue muy libre el proceso de creación. 

Quiero remarcar que con Paula el único punto en común es ese, a partir de ahí no es nada autobiográfico. Ella tiene su camino, yo tengo el mío. ¿Podría vivir el suyo? Sí, pero no es mi camino. Ningún personaje está inspirado en nadie, ni tan solo el padre. Todo es ficción.

Entonces, como actriz, ¿qué personaje del libro escogerías para dar vida si tuvieras la oportunidad?
Creo que, como reto, Susana. Es un personaje que sería un reto por todo lo que va con ella ¿no? Pero si esto pasará me encantaría ser Paula.

¿Por qué escogiste un tema tan complejo y a la vez tan presente en nuestras vidas como las relaciones humanas?
A mi me encanta la gente. Cuando vas en el metro, con sólo mirar al que tengas al lado ya puedes intuir quien tiene un día bueno o quien tiene un día malo. El tipo de cine que yo consumo es cine en el que son historias pequeñitas, cine argentino, cine francés, cine del nuestro, cine de autor… son historias, poco presuntuosas, que simplemente te cuentan el viaje de alguien en un momento determinado. También el tipo de literatura que yo leo. Todo esto tiene mucho que ver. No hay nada más fructífero que una “cena de chicas” en realidad, con lo poco que nos cuesta hablar y abrir un poco el corazón. Ese es el tipo de cosas que me interesan y era lo que me salía. No fue que yo decidiera, yo nunca decidí que fuera así, iba pasando. 

¿Has tenido alguna inspiración más concreta?
No, aunque sí que es cierto que, para mí, hay una escritora francesa que se llama Anna Gavalda, que me fascina. Tiene una forma de escribir que, aunque en ningún momento he intentado parecerme a ella, porque sería absurdo, sí que quizás si me dijeran “¿a qué escritora te gustaría parecerte?” escribir al nivel al que escribe Anna Gavalda sería una locura. Pero tampoco es que me haya inspirado en ella. 

Como mujer, y además joven, hay una pregunta que nos gustaría hacerte. Hay quien considera que la literatura, o incluso las películas dirigidas por mujeres tienen en común cierto enfoque intimista y una especial sensibilidad. Tu novela coincide con esto pero, ¿crees que es una cuestión de género? ¿crees que existe una “literatura de mujeres” o una “literatura para mujeres”?
Sí que hay una “literatura para mujeres” pero me gustaría que no creyeran que este es un libro “para mujeres”. Creo que se habla con el mismo amor y el mismo respeto de los hombres que de las mujeres, creo que básicamente hablo de personas que intentan mejorar y hacer lo mejor, creo que todos intentan hacer lo mejor. En ningún momento he querido decir “las chicas son las buenas, los chicos son los malos”, para nada, porque no lo creo así, creo que todo el mundo hace lo que puede y que vamos naufragando o salvándonos según el momento. 

Creo que sí que es cierto que hay un tipo de sensibilidad, una mirada diferente. No sé si es el hecho de la maternidad que igual nos da un punto de vista más tierno o que desde el inicio de los tiempos que una mujer hable de emociones es normal. Igual a los chicos les han dado menos permiso, igual si hubieran podido nos habrían contado muchas más cosas, mucho más tiernas, si hubieran sentido la libertad de no sentirse juzgados por hablar de emociones. Creo que el hombre cada vez se siente más relajado con eso y eso es maravilloso. Creo que era la sociedad la que lo dificultaba. Las chicas son las que podían llorar, que un chico llore “¿qué le pasa?” “¡qué raro!”. Eso es sexismo y prejuicios que hemos ido arrastrando. 

Sin embargo, en tu libro encontramos “chicos que lloran”…
Sí, porque creo que el hombre sufre igual que la mujer, creo que el hombre se siente ante la pérdida igual de solo y de desamparado, creo que todos nos quedamos sin herramientas delante de según que situaciones…Y creo que la amistad entre hombres y mujeres es muy fructífera y es maravillosa. Paula y Manu son muy amigos. Muchos de mis mejores amigos son chicos y chicas también pero no creo que les cuente más intimidades a mis amigas que a mis amigos, creo que a ambos por igual. 

Contestándote un poco a lo anterior, sí que creo que es verdad que en cierto tipo de cine o de literatura se dice que es más “para chicas”, igual que hay la cosa esta de que “las pelis de acción son más de tíos”. Nos gusta mucho en esta sociedad etiquetarlo todo. Me gustaría que la gente no pensara que “Cuando volvamos a casa” es un libro para chicas, me gustaría que pensaran que es tan solo un libro. Si pudiera pedir un deseo sería eso. 

¿Qué similitudes ves entre tu trabajo como actriz y tu trabajo como escritora? 
Pues creo que al final lo que estamos haciendo en las dos situaciones es contar cuentos. Con uno lo que hago es que utilizo las palabras de otra persona y les doy mi voz y mi cuerpo y modulo mi vestuario y mi forma de hablar y mi tempo para que sea creíble y para crear un personaje que sea un poco distante a mi. Aquí, las palabras son mías y el lector elige el decorado, la cara que tiene el prota, la cara que tienen todos… O sea que es como servirles el guión para una peli en su cabeza pero al final es todo lo mismo, es contar un cuento y que la gente se lo crea, que sea convincente, tanto en el acting como en la escritura. 

¿Crees que hay alguna diferencia muy clara entre actuar y escribir?
Claro, en el acto de escritura tu estás sola, en el acto de la interpretación, aunque no sea en un teatro, que sea en un plató, tu estás delante de un equipo. Si te equivocas, si dudas, si entras en una crisis es algo que va a ser latente, que lo van a ver, que tus compañeros van a saber. En cambio, en el libro van a ver la parte final, no van a ver todas las comidas de olla, ya ves la cosa pulida, no ves el borrador, ves lo definitivo. También en el proceso de creación de un personaje, tus compañeros, todo el mundo va a ver por los estados por los que transitas hasta que encuentras lo que realmente quieres buscar. Igual la diferencia es esta, el acto de intimidad tan grande que es la escritura. 

¿Crees que favorece ser conocida como actriz para lanzar tu obra?
Tengo que ser realista. Quiero creer que Planeta no ha cogido este libro porque yo sea conocida pero tengo que ser muy consciente de que si hay una cobertura mediática igual es más grande o más amplia porque mi trabajo me permite ser un rostro un poco conocido. Me encantaría pensar que solo es a nivel de cobertura, que lo que ha pasado hasta ahora es porque ellos creen en el producto.

¿Crees que podría pasar al contrario, que podría no beneficiarte?
Sí, seguramente haya gente que pensará que esto es un encargo, que alguien me ha pedido que yo escriba esto. Siempre hay como esta cosa del intrusismo, que “tú en realidad eres otra cosa, ¿por qué haces esto?”. Cada uno tiene la opción que tiene. El que no quiera leerlo pues bueno, pues no pasa nada, pero entiendo que pasará también, lo asumo. 

¿Tienes en mente algún proyecto más como escritora?
Tengo en la cabeza una idea pero no me quiero poner presión porque como esto ha sido algo tan libre, me da miedo ponerme presión y sentarme y decir “pues ahora no me sale nada”. No quiero que sea un método muy distinto.

Y por último, ¿te lanzarías a escribir cine?
Sí, me encantaría. De hecho hay muchos capítulos que son muy dialogados y que podrían ser secuencias fácilmente. 

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