Crítica de "Exodus: Dioses y Reyes", dirigida por Ridley Scott

ARTÍCULO POR CRISTINA HERNÁNDEZ

MOISÉS VERSUS RAMSÉS

Título: Exodus: Dioses y reyes ("Exodus: Gods and Kings"). Director: Ridley Scott. Reparto: Christian Bale, Joel Edgerton, John Turturro, Aaron Paul, Ben Mendelsohn, Sigourney Weaver, Ben Kingsley, María Valverde. Guion: Steven Zaillian, Adam Cooper, Bill Collage y Jeffrey Caine. Distribuidora: Hispano Fox Film. Estreno en España: 5/12/2014. Puntuación: 2'5/5.

Sinopsis: “Exodus: Dioses y reyes” narra la historia de un hombre cuyo coraje desafió a un imperio. El director Ridley Scott da nueva vida a la historia del desafiante líder Moisés y su rebelión contra el faraón Ramsés, liberando a 400.000 esclavos en una épica huida de Egipto tras un terrorífico ciclo de mortíferas plagas.

Ridley Scott dirige "Exodus: Dioses y reyes", la enésima cinta sobre la bíblica acción del profeta Moisés para liberar al pueblo de Egipto. Christian Bale y Joel Egerton protagonizan esta producción llena de excesos, algo convincente por la cierta originalidad que plantea el director a la hora de representar y escenificar algunos de los elementos y secuencias más memorables. 

Infinidad de títulos cuentan la historia que Ridley Scott ha elegido para su nueva producción tras "El consejero". Siguiendo la misma línea decepcionante, "Exodus: Dioses y reyes" es de un despliegue tan desmedido a nivel visual que ni concuerda ni se acopla al insuficiente guion de Steven Zaillian, Adam Cooper, Bill Collage y Jeffrey Caine. La espectacularidad de la puesta en escena es la baza que juega Scott para convencer al espectador y hacerle disfrutar de este film palomitero, pero ¿lo consigue? Pues bueno, lo intenta. 

La ficción religiosa toma entre sus brazos este Moisés versus Ramsés, la lectura bíblica de ese profeta que liberó a su pueblo del sometimiento de su "hermano", el faraón de Egipto. Profecías, plagas y una devoción por la especialidad alpinista del senderismo marcan el desarrollo de dos hora y media de un blockbuster del que se esperaba mucho más de lo que el resultado final ofrece. La posproducción a casco porro se convierte en la gula pecaminosa con la que el director británico pretende embelesar al espectador, pero tanto exceso se convierte en un pesar. No obstante, hay ciertos aspectos destacables que aportan algo de validez y "cordura" a tanto despropósito - aunque haya a quién no le seduzca- : la figura de ese hombre de ciencia que explica y justifica esa sucesión de primera tanda de plagas; la novedosa representación de Dios, personificada muy diferente a lo que el cine nos ha acostumbrado a ver; y el planteamiento de la más memorable de las escenas de este relato. Esa apertura de la aguas deja de convertirse en una excursión al acuarium, para apuntar una materialización más lógica. 

Ridley Scott olvida la emotiva historia de Moisés y su hermana, para centrar todo el discurso en el enfrentamiento de este con Ramsés, los dos personajes pilares de esta cinta que son un poco la punta de una pirámide mal construida. Y es que, en general el elenco que participa está tremendamente desaprovechado, en concreto Aaron Paul y Sigourney Weaver. Y si bien, María Valverde y Ben Kingsley son los más certeros, Joel Egerton no está muy afortunado y Christian Bale no... bueno, quizás este bíblico personaje no sea su mejor interpretación, pero que más puedo añadir como mujer enamorada. 


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