Cita con... Roberto Leal


 Soy un nostálgico empedernido y este libro es un legado al que acudir, si algún día se nos olvida, de dónde venimos.

"Cuando los muñecos de la tele tenían un señor dentro" es el debut literario del presentador Roberto Leal, que se ha animado a escribir sobre la nostalgia: los años 80. Nos hemos cita con él para hacer un viaje por el pasado y su presente profesional. | Por Enrique Calvo.



¡Qué gran viaje en el tiempo es "Cuando los muñecos de la tele tenían un señor dentro"! Roberto Leal ha sabido retratar la infancia de millones de personas, que se emocionaron viendo "E.T" en el cine o jugaban a las clásicas plataformas de Mario Bros. Y es que ya la infancia no es lo que era, ahora los niños nacen casi con una tablet debajo del brazo y si te descuidas te piden el Whatsapp...

Entre un viaje al pasado y un viaje al presente, "Cuando los muñecos de la tele tenían un señor dentro" es un libro en el que recorreremos la realidad actual y volveremos a divertirnos con lo que realmente nos hacía felices en la "prehistoria" (acá años 80): Google antes eran las madres o las enciclopedias, nuestros estuches molaban mazo y cuantos más pisos tuviesen mejor, aunque también los había más sencillos metálicos... Las chicas en el recreo leían la Superpop y los chicos le daban a la peonza...¿Os acordáis de Heidi? Si, esa niña que vivía sola en las montañas con su abuelo... O de Los Diminutos, David El Gnomo o Espinete... ¡Ni punto de comparación con los dibujos animados de ahora! Los nuestros si que molaban.


Ya está a la venta tu primer libro, “Cuándo los muñecos de la tele tenían un señor dentro”, un nostálgico título para la época de los 80, ¿cómo ha sido el proceso de gestación de este libro?
Ha sido toda una aventura. Cuando uno empieza a rescatar momentos de su infancia que están ahí, bien guardaditos, dentro de ese gran viejo almacén que es la nostalgia, no deja de sorprenderse de lo vivido y, sobre todo, de cómo hemos cambiado. Por mi profesión y la vida de ajetreo el libro lo he escrito a medio camino entre Sevilla, Madrid, Barcelona y California (esto último tenía que contarlo porque este verano algunos capítulos los escribí en mis vacaciones en moteles de carretera, todo muy romántico)

¿Qué echas de menos de esta época?
La inocencia, el esfuerzo por conseguir lo deseado. No sé si es pensamiento demasiado adulto para mi edad (35) pero es verdad que ahora, todo es mucho más fácil, más rápido. Por poner sólo un ejemplo, me sorprende mucho cómo mis sobrinos con apenas 5 años ya te piden el móvil, lo desbloquean y van a buscar sus dibujos animados preferidos. Me hace gracia pensar que en mi infancia, para ver nuestros dibujos preferidos teníamos que esperar a “después de comer” y si ese día no podíamos verlo, dábamos el capítulo por perdido. 

Mi personaje favorito de los 80 es Espinete, además es un muñeco con una señora dentro, como el título del libro, ¿cuál era tu personaje favorito?
No sé si era una premonición pero uno de mis personajes favoritos era y es, la rana Gustavo. Aquel reportero “más dicharachero” de pelaje verde me hacía mucha gracia. Mira por dónde acabé dedicándome casi a lo mismo. En cuanto a películas, muero con E.T., el extraterrestre. Tengo varias figuritas por casa que adornan mi día a día. 

Te voy a ser sincero, los que nacimos en los 80 (yo casi nazco ya en los 90 porque soy del 87) creo que hemos tenido una infancia mucho más, por así decirlo, inocente. Los dibujos de ahora no son los de antes… ¿Qué opinas tú?
Los dibujos de ahora NO tienen nada que ver con los nuestros. Es verdad que si nos paramos a analizarlos ahora con perspectiva, Heidi, era muy cruel. Una niña descalza todo el día corriendo por el monte aunque fuese invierno a la que nunca vimos constipada. Un niño cabrero, trabajando de sol a sol con 10 años y un abuelo que pasaba demasiado tiempo alrededor de las cabras. Aún así, si hacemos el ejercicio de ver un rato los dibujos de hoy, me quedo con los nuestros. No entiendo a los Gormiti, no comulgo con Ben 10 y no me gusta que una cerdita que se llama como mi abuela (Pepa) enseñe a mi sobrina a saltar sobre los charcos de barro. Me quedo con Marco y su mono, Ulises y el perro de los autos locos.

Aunque el pasado siempre vuelve… No hay más claro ejemplo que las peonzas o “La Abeja Maya”, que estrenó hace poco un “remake” en cines… ¿crees que estamos faltos de ideas?
No sé si será falto de ideas, o que simplemente, la nostalgia remueve sentimientos en nosotros que nos vuelven a invitar a “consumir” y a “revivir”, de otra forma, aquello que en su día nos hacía felices. Estoy deseando ver la Abeja Maya en 3D…sobre todo a Willy (fui muy fan de este personaje).

Y volviendo al pasado, y cambiando de tercio, tu trayectoria profesional comenzó en 2005 como reportero en “España Directo” (TVE) y ahora eres su presentador, ¿una evolución lógica?
Parece que sí, que es una forma de cerrar el círculo. Me dieron la oportunidad y no tuve dudas. Creo que es una manera de seguir viviendo experiencias en esta profesión y sentía que tenía que hacerlo. Hoy estoy feliz y con ganas de seguir aprendiendo cada día. El hecho de volver al programa que me vio nacer es siempre motivo para sonreír.

Tu más reciente trabajo fue como co-presentador de “Espejo Público” en Antena 3, junto a Susanna Griso, ¿con qué te quedas de estos cuatro años en el programa?
He dejado allí una gran familia. Sólo tengo palabras de agradecimiento para mis compañeros. Desde el primero hasta el último, me traigo lo mejor de ellos. Son un equipazo que cada mañana se encargan de demostrarlo. Susanna Griso no dudó en aconsejarme y en decirme que agarrase con fuerza la oportunidad de cambiar de colaborador a presentador, y así lo hice.

Pregunta obligada y, seguramente, tus editores me maten por hacerla pero, ¿por qué crees que tienen Antena 3 y Telecinco esa guerra? ¿No sería mejor llevarse bien?
No te va a matar nadie. Es competencia, nada más. La competencia bien llevada es sana, te obliga a ser mejor cada día. Es lógico que ambas compitan por el mejor testimonio, por la exclusiva del día. Pero algo te puedo asegurar, la competencia verdadera está en las altas y largas mesas de despacho, después de que se apaguen las cámaras, todos, los de abajo, somos grandes amigos. Es como cuando el árbitro pita el final del partido. No deja de ser trabajo.

¿Cómo es el día a día de Roberto Leal cuándo las cámaras se apagan?
Muy sencillo. Mi chica, mis entrenamientos de cara a mi tercer maratón y la paz que te pueda dar un buen libro antes de dormir. No hay más.

Tienes 35 años, dicen que antes de los 30 todos tenemos que escribir un libro,  plantar un árbol… ¿Qué te falta por hacer que no hayas hecho aún?
Me falta el niño, jejeje. Pero eso no depende sólo de mí. El día que llegue cerraré el ciclo porque si me dicen que aún me falta montar en globo.. ¡ se equivocan! España Directo, en mi época de reportero, me dio la oportunidad de probarlo también.

Este viaje por el pasado y el futuro va a terminar, pero antes no quiero dejar de preguntarte de nuevo por “Cuándo los muñecos de la tele tenían un señor dentro”, ¿por qué escribir sobre los 80 y no sobre otra cosa?
La editorial me dio la oportunidad de escribir sobre lo que quisiera. Quise disfrutar haciéndolo y así ha sido. Podría haber hablado de mi experiencia como reportero, de anécdotas, de rincones… Pero no. Decidí hablar de los 80 porque soy un nostálgico empedernido y esta es una forma de dejar una especie de legado al que acudir, si algún día se nos olvida, de dónde venimos.

Está claro que tu libro será el regalo perfecto para todos los nostálgicos pero, ¿por qué no animas tú a los futuros lectores a que lo lean?
Los animo y los invito a hacerlo con una pregunta sin respuesta ¿por qué cuando Don Pin Pon se sorprendía se le subía la visera del sombrero?


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