Crítica de "Carne de perro" de Fernando Guzzoni


Artículo por Esther Pardo

LA HISTORIA DE UN TORTURADOR Y SU BÚSQUEDA DE UN NUEVO LUGAR TRAS LA DICTADURA


El director y guionista chileno Fernando Guzzoni busca con el film “Carne de perro” hacer un retrato de las consecuencias de la tortura, desde el punto de vista del verdugo. La cinta le valió el Premio "Nuevos Directores" en la pasada edición del festival de cine de San Sebastián.


El universo emocional de Alejandro, interpretado por Alejandro Goic, un torturador del régimen de Augusto Pinochet, y su búsqueda de un nuevo lugar en la sociedad tras la dictadura, constituyen el eje de una historia que es valiente en su planteamiento pero que, por desgracia, no se desarrolla a la altura de las expectativas.

La falta y la dosificación de la poca información sobre el pasado del personaje no tendrían por qué ser una pega, pero sí el hecho de que esos huecos que tiene que rellenar el espectador no sean tentadores. El sufrimiento del verdugo, el momento en el que se le presenta, a punto de quebrarse, no resulta suficiente para empatizar con él ni con su intención de tener una vida. Eso sí, se mantiene la necesidad y el deseo de saber qué pasará al final con este hombre herido para siempre e incapaz de enfrentarse a sus fantasmas, quienes le han alejado de las únicas personas con las que podría contar. Sin embargo, la falta la emoción en la búsqueda de un nuevo sentido vital, no son motores suficientes para mantener el metraje.

En la solución que el guionista y director da a su personaje, la “redención” de un hombre al que le resulta imposible renunciar a sus antiguos valores, se ve la tesis de Guzzoni sobre lo sucedido en el país y sobre lo perdidos que están los personajes que, como Alejandro, no han podido superar la violencia y la irreflexión de sus actos. El pasado sigue ahí. Camuflado.



 “Carne de Perro” se estrena en cines españoles el 12 de julio de la mano de Wanda Vision.

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