Con el paso de los años se ha convertido en un paradigma dentro del melodrama romántico del séptimo arte.
Dirigida por Blake Edwards, ganó dos Oscars ( mejor banda sonora "Moon river" y mejor película no musical), y además uno de sus fotogramas es uno de los más reproducidos del mundo: Holly (Audrey Hepburn) enjoyada, con un cigarrillo y mirando muy sensualmente a cámara.
¿Sabes lo que te pasa? no tienes valor, tienes miedo, miedo de enfrentarte contigo misma y decir está bien. La vida es una realidad, las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única forma de conseguir la verdadera felicidad. Tú te consideras un espíritu libre, un ser salvaje y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. Bueno nena, ya estás en una jaula, tu misma la has construido y en ella seguirás vayas a donde vayas, porque no importa donde huyas, siempre acabarás tropezando contigo misma.
Frases como esa han echo tan mítica esta gran pelicula en la que una Inocente, astuta, auténtica y sofisticada, Holly vive sin pasado, desterrada de todas partes y sin deseos de pertenecer a nadie. Sus fiestas absurdas, amigos interesantes, adquiere un tono musical que una vez vista la película jamás puede uno olvidarla, es superior a cualquier otra fuerza que se pueda sentir. Es como el lienzo que se nos clava en la retina y va con nosotros a donde quiera que dirijamos nuestros pies.... Sus andanzas constituyen un aria, como una bella canción, triste, pegadiza, risueña y cómica, pero en ningún modo solemne, es una mujer en busca de su eterna felicidad y lo va a conseguir cueste lo que cueste, aunque viva en un mundo creado por hombres y en donde las mujeres son los mismos diamantes. Holly se rodea de un aura tan frágil que creemos que va a hacerse añicos, pero ella continua, sigue, acentúa su búsqueda, entre aromas y colores...
¿Que puedo yo a estas alturas decir de Audrey Hepburn?, simplemente creo que su imagen en este film es el icono mas representativo del cine en todas sus dimensiones. La ternura de esta increíble actriz, está patente en todos y cada uno de los fotogramas del film, ella sola nos trasporta a la ciudad de los rascacielos con la frescura de una magnolia, con el morboso olor del propio deseo, con la sutileza de sus largas manos o con esa expresión de ángel sin destino que siempre llevó a la pantalla con enorme categoría.
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