Los espectáculos animalísticos romanos: venatio

Creo que es por todos conocido el gusto que tenían los romanos por la sangre, siendo lo más destacado los combates gladiatorios (¿Quién no ha visto “Gladiator” o, más recientemente, “Espertaco, sangre y arena”?. Sin embargo, había otros dos espectáculos que podían realizarse en los anfiteatros: las naumaquias (recreación de combates navales) y las venationes (del cual voy a hablaros hoy).
Desde la batalla de Zama, en el 202 a.C., los romanos habían comenzado a trasportar animales exóticos a Roma, aunque estos espectáculos fueron introducidos oficialmente unos veinte años más tarde por Fulvio Nobilior como homenaje de la victoria romana sobre los etolios. La lucha entre las bestias o contra estas mostraba el dominio que Roma ejercía sobre el mundo salvaje, pues era capaz de cazar y transportar desde lugares lejanos a los animales más feroces o exóticos para exhibirlos ante el público, dominándolos y doblegándolos a su poder. Con el emperador Augusto serían una manifestación del poder imperial junto con los juegos gladiatorios.
En un principio, la venatio en Roma se realizaba en el Circo Máximo pero a principios del Imperio acabó realizándose en el Coliseo, vinculados a los munera (combates gladiatorios) pero con menos categoría que ellos.
Era lo que habitualmente habría los juegos. El silencio era roto por el sonido de una trompeta y una gran cantidad de animales entraban en acción. Peleaban entre sí hasta que el interés del público iba decayendo, momento en que soltaban a unos zorros con teas ardiendo atadas a sus colas provocando el terror de los animales cuando pasaban por su lado. Tras esto, les tocaba el turno a los venatores, que eran los hombres encargados de las luchas contra animales. 
Como los romanos eran de todo menos tontos, tomaron las medidas necesarias para impedir que los animales escaparan o atacaran al público, utilizando barreras o fosos. Y es que miles de animales podían morir en un solo día. Por ejemplo, durante los juegos realizados por el emperador Trajano más de 9.000 animales fueron asesinados. 


Así mismo, existían varios tipos de espectáculos animalísticos. Es decir, que había para todos los gustos y para que nadie se aburriera:

1.    Para empezar, estaban las exhibiciones en las que fieras domesticadas realizaban cosas asombrosas. Por ejemplo, leones que depositaban en el suelo liebres sin haberles hecho ningún daño, tigres que lamían la mano del domador, elefantes que se arrodillaban delante del palco del emperador o que se sentaban alrededor de una mesa como si estuvieran en un banquete… En definitiva, lo que nos podemos encontrar en los circos actuales.


Parte del mosaico de una villa romana en Nenning (Alemania)

2.    También podía presenciarse enfrentamientos a muerte entre bestias a las cuales, frecuentemente, se hostigaba su ferocidad con fuego o pinchos. Al encargado de esto se le conocía como bestiario, el cual también era quien remataba a las moribundas. Podían ser animales de la misma especie, aunque parece ser que gustaban menos que los enfrentamientos entre especies diversas (“¡Apuesto a que gana el elefante!” “¡No, seguro que lo hace el rinoceronte!”). A modo de ejemplo, deciros que el primer enfrentamiento conocido (75 a.C.) enfrentaba a toros y elefantes. Otro, nos lo narra Séneca, el cual dice que se ató a un toro y a una pantera en los extremos de una correa; como ambos trataban de liberarse comenzaron a luchar entre sí, destrozándose poco a poco. Al final del enfrentamiento ambos animales eran irrecuperables, ya fuera el vencedor o el derrotado.

Mosaico de Zliten

3.    También podemos encontrar la damnatio ad bestias (condena a las bestias). Parece que se realizó en pocas ocasiones pero ¿a que todos sabemos que los romanos disfrutaban de ver morir a personas devoradas, por ejemplo, por leones?. Se trataba de una pena de muerte para los peores criminales o contra esclavos que habían cometido algún crimen contra sus dueños. Los animales eran habitualmente leones o tigres, aunque también pudieron ser empleados animales más pequeños para alargar el tormento del preso, el cual podía haber estado atado a un palo o haber sido disfrazado de un personaje mitológico (por ejemplo, de Prometeo o de Europa). ¡Era una muestra clara de lo que le podía suceder a una persona si se oponían a la ley del Estado!.

4.    Los bestiarii podían ser de dos tipos, los condenados por la damnatio ad bestias, o los que voluntariamente se enfrentaban a fieras (como elefantes, hipopótamos, leones, toros, tigres, panteras o leopardos) por dinero. Aunque he de aclarar que realmente no existe una diferencia clara entre venatores y bestiarius. Normalmente eran vestidos con una túnica sujeta a la cintura, su arma característica era una estaca con una punta de hierro en uno de sus lados (venabulum) y, a modo de protección, llevaban tiras de cuero en los brazos y piernas. Podían enfrentarse a los animales en grupo o individualmente, montado sobre un animal que luchaba contra otro o a pie. Por ejemplo, se podían enfrentar a toros -aunque en este caso se les llamaba taurarii o taurocentae- con una lanza siendo su objetivo a travesarlo de lado a lado. Otro modo de enfrentarse a los toros era que el hombre, subido en un caballo, hacía que se cansara el toro, momento que era aprovechado para saltar sobre él y, rodeando los cuernos con los brazos, entrelazaba sus manos sobre la frente del animal con el fin de derribarlo retorciéndole el pescuezo. No comentaré nada sobre esto…
 
Séneca dice que eran jóvenes que para llegar a ser expertos con las armas, demostrar su coraje y destreza combatían a veces contra las bestias. Al parecer Augusto animó a ésta práctica entre los jóvenes de alta clase; Nerón se expuso en persona e incluso a Cómodo le apodaron como Hércules por matar animales en el anfiteatro.
Incluso se llegaron a crear auténticos escenarios silvestres. Una vez en el Coliseo se mostró un bosque mágico –posiblemente tratando de imitar al jardín de las Hespérides-en el que los árboles estaban cubiertos de oro y de entre los troncos manaba agua perfuma. Todo con objeto de atraer la atención del público y que no se aburriera.

¡Panem et circenses!
Fdo: Krys Stark

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